Bien, por fin me he decidido y voy a contar esa magnífica historia de la que todos hablais y que estais deseando que diga mi punto de vista, la de los "perros".
El fin de semana del 8 al 10 de junio fuimos a una casa rural en Riofrio(Avila).
El equipo se componía de Chus, Luis, Jacob, Juan de Dios, Paloma, Virginia, Laura, Sandra y yo.
La casa, muy bien con todos sus detalles...y lo mejor era el casero Felipe, que después de cómo le dejamos la cocina, mandó por correo la toalla de Luis, porque con la caraja no se enteró de que se la dejó colgada en la ventana.
Bueno, y hablando de carajas os voy a contar la mia.
El sábado nos despertamos con una caraja considerable y no se nos ocurre otra cosaque irnos al monte de "expedición", con botellines claro. A la vuelta, bajé antes de la cuenta por mi sufrida alergia y al llegar los demás, vimos que el buen casero dejó una barbacoa preparada para nosotros.
Vaya cómo nos íbamos a poner...pero hacía falta pan, asi que todos menos Juande y yo se fueron a "comprar pan".
Después de esperar un buen rato recalentando el carbón y llamando a la gente porque no venía, puse a que se descongelara la comida al sol, como en mi propia casa. Lo malo es que no estaba en mi casa poque en mi casa no hay PERROS, sí perros.
Estaba todo listo, y me puse con el nono a jugar a la play en el salón.
Cuál fue mi sorpresa que cuando estaba eligiendo equipo(a los dos minutos aproximadamente de coger el mando) escuché la voz de Jacob: "El perro el perro que se come las chuletas!!!".
El mismo cabrón se llevaba las chuletas rodando por el suelo asi que decidimos comer aceitunas y patatas...
El desweve fue bastante considerable y tuvimos gracia para todo el fin de semana y lo que me queda, jejeje.
Acepto nuevos descojones y, Carlos gracias por dar ánimos para que siga colgando cosas en el blog.