Campeón de futbolín
La modestia y, sobre todo, la falta de tiempo, me ha impedido crear antes este post, pero la historia es que allá por finales de marzo, servidor y Don Francisco, su compañero de lides (no sólo este tipo de lides), se proclamaron campeones del I Campeonato de Futbolín GettyImages.
¿Y eso qué es lo que es? Pues se trataba del primer campeonato de futbolines disputado entre agencias de publicidad. Lo organizaba GettyImages, que es una empresa que provee fotos mu bonitas. Pero que las vende eh, que no vale entrar, encontrar una foto chula, darle al botón derecho, guardarla y cerrar, que ya nos conocemos.
El torneo se disputó en el restaurante/ local/ bar/ discoteca Locos por el fútbol, que va de eso, de fúmbol, y que haría las delicias de más de uno.
En la primera fase de la competición, consistente en una liguilla de dos grupos con siete equipos cada uno, la verdad es que pasamos el rodillo sin contemplaciones: 5-0, 4-1, 4-1, 5-0...
Los cruces, los cuales por cierto los hicieron como el culo porque emparejaron al primero del grupo A (creo que eran Wunderman) con el primero del B (nosotros, Storm), tampoco nos resultaron muy complicados (¿empiezo a dar ya un poco de asco?). La final fue otra cosa.
La final la disputamos Orbital-Storm, y me pilló desprevenido porque estaba en la barra pidiendo la enésima caña.
Nuestro contrincante demostró sus dos añitos de mili, metiéndome tres chicharros mu ricos. También hacer constar que yo me hice unas cuantas paraditas. Mi labor ofensiva consistía en nutrir de balones a Paquito, ya que no tenía la menor duda de que bola que tocaba, bola que metía.
1-0, 1-1, 2-1, 2-2, 3-2, 3-3... luces de flashes, trago de cerveza, saco la pelota, pase al hueco para Paquito... y se acabó. Felicitaciones, vítores, besos y abrazos.
Y finalmente llegó a lo que todos habíamos venido: el baño de multitudes, las batallitas, la barra libre, las comerciales de GettyImages...
A las 2 me tuve que ir corriendo, porque la gente de la empresa 3 AM (a saber por qué tienen ese nombre...) querían complicarme la noche del martes, y no era plan hombre, que hay que currar, coño.
Días más tarde, mis compañeros me volvieron a demostrar porqué vale la pena tener un curro en ocasiones tan putativo.
(p.d.: ¿A quién se le ocurre regalar una sesión de spa como premio de un campeonato de futbolines?)
1 comentario:
Impresionante documento! Que sería de Storm sin ese par de programators.
EvA
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